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Comprar un colchón no es una tarea fácil. Y sé que como a mí, a muchas personas les ha pasado que creen haber comprado uno muy bueno cuando en realidad te han metido gato por liebre.
Resulta que con mi esposo decidimos por fin decirle adiós a ese viejo colchón que teníamos. Queríamos estrenar y dormir como reyes y nos pareció que era momento de despedir aquel compañero de descanso y noches de películas para tener un sueño renovado.
Mi esposo me dijo que me encargara de comprarlo y yo, muy eficiente acepté, sin saber en lo que me estaba metiendo, pensé “es solo un colchón, ¿qué tan difícil puede ser?» y entonces inicié con la tarea de buscar lugares donde los vendían y encontré uno que además tenía muy buen precio.
La verdad del asunto es que yo jamás había tenido que comprar un colchón, y poco había leído sobre el tema. Sabía que existían algunos firmes y otros no tanto, pero jamás pensé que una pequeña decisión de compra pudiera impactar tanto nuestra vida.
Estaba muy contenta con lo que me estaban ofreciendo y al preguntar si era de buena firmeza, pensé que no había podido encontrar una mejor opción. ¡Buena firmeza y buen precio! ¿qué más podía pedir?
Convencida de mi buena decisión, hice el pedido y bueno, hay que decir que todo esto fue por su página web, ya que con la pandemia es más difícil ir a las tiendas con tranquilidad. Así que hice el pedido y me indicaron que ese mismo día llegaría mi tan anhelado colchón nuevo.
Le di la noticia a mi marido, quien estaba muy complacido y esperando al igual que yo, estrenar nuestro nuevo nido de descanso.
Todo transcurrió normal, los repartidores llegaron y lo trajeron a la puerta de mi casa, muy cumplidamente, así que estaba segura que nada podía salir mal.
Al recibirlo, estaba tan emocionada que les indiqué dónde ponerlo, lo palpé, y efectivamente lo sentí muy firme, pero pensé que estaba todo bien.
Arreglé la cama para que cuando llegara mi esposo estuviera tan feliz como yo. Todo lucía perfecto. Cuando llegó, como era rutina, nos dispusimos a descansar y entonces pasamos nuestra primera noche en el nuevo colchón.
¡No puede ser!
A la mañana siguiente teníamos ojeras y ambos despertamos sin haber podido conciliar el sueño. El colchón nuevo era una roca, estaba muy duro, pero entonces pensamos “quizá es la falta de costumbre. Seguro con el paso de los días nos adaptamos”
Pero adivinen qué, ¡no fue así! En cambio hemos empezado a ver como el colchón se deforma y además estamos sufriendo de fuertes dolores de espalda.
Te cuento todo esto, porque, como decía al inicio, elegir un colchón en realidad no es tarea fácil. Por eso creo que este artículo seguro te servirá si estás pensando en comprar uno nuevo , así que te contaré qué tipos de colchones hay y te daré algunos tips para que puedas elegirlo bien y no cometas el mismo error que yo.
En el mercado hay una oferta muy variada y con tecnologías distintas. Además cada persona tiene una forma única de dormir que también se relaciona con el tipo de colchón que prefiere.
Dependiendo de eso, y de tus características anatómicas, hay algunos con mayor o menor firmeza, una adaptabilidad más pronunciada o una cierta resiliencia de la deformación provocada por el peso del cuerpo.
Por ejemplo, las personas que duermen boca arriba, necesitan uno bastante firme, que refuerce la zona de la nuca y la base de la columna para evitar malas posturas.
Para los que duermen de lado, la firmeza debe ser media para que que se adapte a la estructura de las caderas y hombros.
Por su parte, para 1uienes duermen boca abajo es recomendable que tengan un colchón más blando, que no les genere riesgos de sufrir malos gestos en la zona del cuello o en la torsión media de la columna.
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Tras esta explicación, quizá ya has identificado qué tipo de colchón es el que mejor se adapta a tu sueño. Ahora lo siguiente será enterarte de qué tipos de colchones existen, así no te pasará como a mí y sabrás cuáles son las características de cada uno.
Los colchones de muelles (resortes) distribuyen el peso de tu cuerpo de manera uniforme, evitando que se produzcan tensiones en ninguna zona de tu cuerpo. Tienen gran ventilación interior y su vida útil es más larga que la que tienen los compuestos por otros materiales.
Por otro lado, existen varios tipos: Los muelles (resortes) Bonell o bicónicos ofrecen una firmeza media y no distribuyen el peso de forma homogénea, por lo que no son recomendables para camas donde duerman dos personas.
Estos son los más asequibles. Pero su calidad puede variar, según el resorte.
Los de hilo continuo proporcionan una gran firmeza y distribuyen el peso de las personas de manera uniforme, dando la sensación de estar durmiendo solo. Este tipo de colchón es de larga vida.
Por último, el de muelles ensacados (resortes individuales), proporcionan una firmeza media y también distribuyen el peso de manera consistente, así que no notarás que tienes una persona durmiendo a tu lado.
Ventajas: Tu espalda puede apoyarse correctamente y mantienen la temperatura corporal. Son accesibles tanto si son de gama alta como de gama media.
Los colchones de espuma son quizás la gama más asequible de todas, ya que están hechos de espumas de poliuretano expandido, con burbujas internas de aire, que tienen menos firmeza y conservan poco la forma tras la presión.
Son ideales para segundas camas o para camas donde se duerma muy de vez en cuando. Esta espuma es adaptable y transpirable, se denomina HR (High Resiliance) o alta resiliencia porque es la capacidad de recuperación de una espumación después de haberla sometido a una presión.
Ventajas: Es un colchón poco duradero porque tiende a compactarse más rapido al ser 100 % de espuma. Puedes elegir entre diferentes grados de firmeza. Es un colchón relativamente económico y son ideales para personas que sufren de sobrepeso.
Se trata de colchones hechos de una espuma especial llamada viscoelástica; un material desarrollado por la NASA a final de la década de 1970 y que, gracias a sus cualidades de adaptabilidad, se ha convertido en el material más utilizado en la fabricación de colchones.
Aunque no existe uno que sea viscoelástico en su totalidad, es conocido como “memory foam” ya que en combinación con espumas HR es el material más adaptable, reacciona al calor corporal y reduce los puntos de presión en las zonas de más peso.
En un colchón viscoelástico te sentirás relajado y cómodo, como flotando en una nube.
Ventajas: Cuentan con muchos puntos de descanso, son silenciosos pero un poco costosos.
Están hechos de espuma de látex y ofrecen adaptabilidad, firmeza y un micro-clima ideal para un sueño reparador, además facilitan el cambio de postura manteniendo el confort, así que son ideales para quienes se mueven mucho durante la noche.
La mayoría de este tipo de colchones tienen tratamientos antiácaros, muy recomendables para las personas con alergias respiratorias o asma. Por el contrario, no se deberán utilizar nunca por los alérgicos al látex.
Ventajas: Son muy cómodos y se adaptan al peso corporal con facilidad. Además se pueden limpiar con facilidad. Sin embargo, aquí en Panamá son muy difíciles de conseguir.
Hay otro tipo, colchones de última generación, que llevan combinaciones cuidadosamente seleccionadas de materiales especiales, ofreciendo un descanso de altísima calidad.
Por ejemplo, en Simmons contamos con diferentes opciones que combinan tecnología de punta y materiales de la mejor calidad, como en nuestra línea Beautyrest®Silver™, que combina los originales resortes Beautyrest® Pocketed Coil® con la última tecnología en espumas viscoelásticas, espumas de Gel y fibras para disfrutar de un nuevo nivel de comodidad, soporte y frescura.
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